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2012 Pediatric Pulmonology Tratamiento del asma en niño Wildhaber J, Carroll WD, Brand PL 47(4): 346-57.
Global impact of asthma on children and adolescents' daily lives: the room to breathe survey.

OBJECTIVE:

To establish children and adolescents' perspectives regarding their asthma and its impact upon their daily lives.

DESIGN:

A 14-item questionnaire.

SETTING:

Canada, Greece, Hungary, The Netherlands, the United Kingdom, and South Africa.

PARTICIPANTS:

Children/adolescents (aged 8-15 years) with physician-diagnosed asthma.

INTERVENTION:

Interviews were conducted by telephone (Canada, Greece, Hungary, The Netherlands, and the United Kingdom) or face-to-face (South Africa).

OUTCOME MEASURES:

Asthma symptoms, impact on activities, and quality of life.

RESULTS:

Of the 943 children/adolescents interviewed, 60 % were male. Most (81 %) described their asthma as "not too bad" or "I only get it every now and then," with only 4 % reporting their asthma as being "very bad"; however, 92 % experienced asthma-related coughing and 59 % reported nocturnal awakening. Over half (57 %) of children/adolescents believed they could predict when their asthma would make them ill; the most common initial symptoms being breathlessness (41 %) and bad cough (33 %). They considered the worst things about having asthma to be the symptoms of anasthma attack (32 %) and not being able to play sport (25 %). Almost half (47 %) of children/adolescents felt that their asthma affected their ability to play sport or engage in physical activity. One in ten reported they had suffered asthma-related bullying.

CONCLUSIONS:

Children/adolescents underestimate the severity of their asthma, and overestimate its control, indicating that they expect their illness to be symptomatic. Asthma has a substantial impact on their daily lives, particularly on physical activity and social functioning. Efforts are required to improve asthma control and expectations of health in children/adolescents.

Impacto global del asma sobre la vida diaria de niños y adolescentes: encuesta el espacio para respirar.

OBJETIVO. Determinar las perspectivas de los niños y adolescentes con asma y su impacto en su vida diaria.

DISEÑO. Cuestionario de 14 preguntas

LUGARES. Canadá, Grecia, Hungría, Países Bajos, Reino Unido, y Sudáfrica.

PARTICIPANTeS. Niños y adolescentes (edad 8-15 años) con asma diagnosticada por un médico.

INTERVENCIóN. Las entrevistas se realizaron por teléfono (Canadá, Grecia, Hungría, Países Bajos y Reino Unido) o cara a cara (Sudáfrica).

Medición de resultados. Síntomas de asma, impacto en las actividades y calidad de vida.

RESULTadoS. De los 943 niños/adolescentes entrevistados, el 60 % fueron varones. La mayoría (81 %) describió su asma como “no muy malo” o “solo me ocurre de vez en cuando” con solo un 4 % que describió su asma como “muy malo”; sin embargo, el 92 % tuvo tos relacionada con el asma y el 59 % despertares nocturnos. Alrededor de la mitad (57 %) de los niños/adolescentes creía que podía predecir cuándo su asma les pondría enfermos: el síntoma inicial más frecuentes era la falta de aire (41 %) y la tos intensa (33 %). Ellos consideraron que lo peor de tener asma eran los síntomas de una crisis asmática (32 %) y no ser capaces de hacer deporte (25 %). Casi la mitad (47 %) de los niños/adolescentes sentía que su asma afectaba a su capacidad de hacer deporte o disfrutar de la actividad física. Uno de cada 10 refería haber sufrido acoso escolar en relación con su asma.

CONCLUSIONeS. Los niños/adolescentes infraestiman la gravedad de su asma y sobrestiman su control, lo cual indica que estos asumen que su asma les produzca síntomas. El asma tiene un impacto sustancial en sus vidas diarias, particularmente en la actividad física y social. Se deben realizar esfuerzos para mejorar el control del asma y las expectativas en la salud de los niños y adolescentes.

Comentario de Dr. José Ramón Villa

Las guías actuales sobre el tratamiento del asma como la GEMA o la GINA insisten en la importancia de lograr y mantener el control completo del asma. Un mal control en niños o adolescentes implica un mayor riesgo de padecer crisis asmáticas que pueden ser graves. El principal problema que nos encontramos es que ni los médicos ni los pacientes son muchas veces conscientes de la falta de control del asma. Es importante conocer la realidad de nuestros pacientes, el modo en que el asma les dificulta la vida y la forma en la que ellos lao viven. Este trabajo intenta evaluar estas preguntas realizando una encuesta a un grupo de niños/adolescentes con asma en diferentes países europeos, de Norte América y Sudáfrica. La entrevista se realizó vía telefónica en todos los países excepto en Sudáfrica en que se realizó cara a cara con el paciente. Para la entrevista se utilizó un cuestionario estructurado y validado en las diversas lenguas, con 14 preguntas incluyendo algunas sobre cómo de grave era su asma, si este les afectaba a la hora de hacer deportes, sus efectos en otras actividades diarias, qué es lo que consideraban peor de tener asma y cómo les hacía sentirse. Además se les pasaba las 7 preguntas del Childhood Asthma Control Test (C-ACT) que es probablemente el cuestionario de control del asma más utilizado. Este test da una puntuación entre 0 y 27, se consideró que si era ≥ 22 el asma estaba completamente controlada, ≤ 21 indicaba asma parcialmente controlada y ≤ 19 indicaba asma mal controlada. Se realizaron un total de 943 entrevistas, alrededor de 150 por cada país.

De forma global, el 42 % de los niños/adolescentes consideraba que su asma no era demasiado mala, el 55 % y el 36 % clasificaron su asma como buena o muy buena en el día de la entrevista. Sin embargo, el 92 % de los pacientes dijeron que habían tenido tos relacionada con su asma al menos en algún momento y el 59 % se despertaron por la noche por el asma. Dos terceras partes de los que describían su asma como “no muy mala” tuvieron despertares nocturnos debido al asma. Lo que los niños describían como lo peor de su asma era los síntomas de una crisis de asma (32,3 %), no ser capaz de hacer deporte (24,9 %), tener que utilizar medicamentos regularmente (15 %), ir al hospital (11,3 %), no ser capaz de dormir bien de noche (8,5 %) o no poder hacer las mismas cosas que sus amigos (7,8 %).

Cuando se les hacía pensar qué palabras o frases podrían describir cómo percibían su asma, el 26 % consideraba que esta les hacía sentir enfermos y que les hacía perderse cosas. Había diferencias entre los países: los niños ingleses eran los que menos se sentían diferentes que otros niños (el 73 % no se sentía diferente) mientras que, entre los niños de Sudáfrica, solo el 25 % no se sentía diferente a los otros niños por culpa de su asma. El 79 % de los encuestados consideraba que su asma le causaba problemas con el ejercicio, correr o practicar deportes. Casi la mitad pensaba que era un problema leve pero aceptable, un 19 % lo percibía como un problema que les disgustaba y para un 11 % era un problema significativo porque no podían hacer lo que querían.

En este estudio, aunque el 73 % de los padres describía el asma de sus hijos como leve o intermitente, el 40 % de los niños/adolescentes tenía una puntuación del C-ACT ≤ 19, lo que indica que tenían un control inadecuado. Por tanto, los padres infraestiman la gravedad del asma y sobrestiman el grado de control de sus hijos.

Al igual que en otros trabajos similares, la mayoría de los pacientes consideraba que su asma era leve, sin embargo, un porcentaje inaceptable tenía síntomas importantes y no estaba bien controlados.

Es imprescindible que los médicos estén al tanto de estos resultados, pues en la entrevista con los padres o con los pacientes pueden percibir que el asma está bien controlada y no necesita más tratamiento mientras que, si se utilizan cuestionarios estructurados y otras pruebas objetivas, se puede apreciar la falta de control de los niños con asma.